¿Cuantas cosas de casa cambiamos por capricho o por no arreglar? Mes tras mes compramos nuevos artículos, objetos, aparatos, para sustituir a los que ya tenemos. Bien por que estén rotos o simplemente por modernizarnos, aunque la mayoría de veces el objeto en cuestión no ha perdido en absoluto su funcionalidad.
¿Que problema hay en que esa bascula no sea digital? ¿O en que el radiador de aceite ya no tenga ese color blanco refulgente? ¿El secador no sigue tirando aire caliente? El problema no es ninguno de esos, si no que ya no es «moderno» o no parece nuevo.
¿Habéis calculado cuanto dinero tiramos a la basura por hacer estos cambios, que en modo alguno son necesarios? La mayoría de estos se realizan por cuestión estética, aunque ese no sea el objetivo del objeto en cuestión. Por ejemplo las vajillas, vasos de uso diario, pequeño electrodoméstico…
Hay cosas que es necesario cambiar, como el colchón de la cama cada cierto tiempo. Y cuando es necesario e importante como el ejemplo antes mencionado no debemos escatimar en gastos. También nos podemos encontrar con que hacer el cambio nos va a suponer un ahorro. Por ejemplo, si tenemos una vieja nevera que gasta cantidades increíbles de energía para enfriar. Si compramos una nueva de categoría A+ conseguiremos reducir considerablemente el consumo de un electrodoméstico que está encendido las 24h del día los 365 días del año.
Así que, antes de cambiar algo, pensad seriamente si es necesario. Podeis ahorraros una cantidad importante de dinero.